Un dormitorio atemporal, acogedor, hecho para soñar
«Quiero una habitación rosa.» Es el rinconcito más cálido y acogedor de toda la casa, para que esta niña lo sienta como su pequeño gran mundo, donde pueda dejar volar la imaginación, donde crezca, donde aprenda y donde se sienta feliz y segura.
El color de las paredes y techo, que es el mismo, lo buscamos ad-hoc, y el resultado es genial, por las mañanas se ve tan despejado, y por las tardes con la puesta de sol, se torna mucho más cálido, como si se preparase para dormir y soñar. Hicimos también un armario a medida, que ahora le sirve para su ropa y juguetes, pero que está pensado para que, más pronto que tarde, cuando vaya creciendo, también tengan cabida todas sus cosas de mayor. El escritorio perteneciente a la familia y ahora recuperado… Y espero que así, vaya pasando, de una generación a otra.